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El Mapa en Relieve, una joya de ingeniería y arte, es una visión de conjunto del territorio nacional erigido a nivel del suelo y en dos escalas: 1:10,000 para la extensión horizontal, y 1:2,000 para la vertical, sobre una superficie aproximada de 1800 metros cuadrados, y fue construido en 18 meses, de abril de 1904 a octubre de 1905. En un artículo de la época, publicado en la revista El Ideal (1911) y signado únicamente con las iniciales L. R., su autor lo describe así: “Es, en su género, una de las obras de ingeniería más notable que existen en el mundo. Está construido en cal y canto, recubierto de cemento romano y decorado con pintura esmalte de varios colores. “Su extensión superficial es de unos 1,800 m2, y sus mayores alturas pasan de 2 metros, como en los conos que representan los volcanes de Tajumulco y Acatenango. La escala horizontal está en proporción de 1 por 10,000; la escala vertical es el quíntuplo de la horizontal. “Todos los accidentes geográficos, ciudades, caminos, ferrocarriles, etc., se hallan reproducidos con la mayor exactitud, y las alturas del terreno están señaladas por curvas de nivel que marcan desde cero hasta cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Por los cauces de los ríos corren pequeños hilos de agua, y los lagos y mares están formados por depósitos de agua, de tal forma y profundidad que corresponden exactamente a las cuencas que representan. “Visto el mapa desde los altos miradores que lo dominan, el territorio de la República preséntase como el pintoresco panorama que se desarrollaría bajo los pies del aviador, al viajar por elevadas regiones de la atmósfera. “Para instrucción de niños y adultos en la ciencia geográfica, ningún libro podría llevar a la inteligencia tan completa reproducción plástica de la patria. El notabilísimo trabajo de que nos ocupamos se debe, en la parte técnica al señor ingeniero don Francisco Vela, quien lo llevó a cabo por disposición del señor presidente de la República, licenciado Manuel Estrada Cabrera. Duró la construcción un año siete meses, terminándose el 29 de octubre de 1905”. Desde entonces, este singular monumento es considerado una de las obras más bellas de principios del siglo XX. Fue una idea del presidente Estrada Cabrera, y concretada por los ingenieros don Francisco Vela y don Claudio Urrutia Mendaza. La inauguración se llevó a cabo el 29 de octubre de 1905, y presidida por el entonces mandatario. Es de resaltar que las dos torres de observación fueron construidas en 1935, durante la presidencia de Jorge Ubico Castañeda. ![]() |
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